Cómo proteger la garganta del aire acondicionado

La causa más común del dolor de garganta en verano suele ser, según los expertos, el aire acondicionado. Y es que ya sea por el propio aire seco que emiten estos aparatos o por el contraste de temperatura y humedad entre los recintos cerrados donde se usa el aire acondicionado y el ambiente exterior de la calle, lo cierto es que son varios los factores que juegan en contra de la buena salud de nuestra garganta. En este artículo te vamos a contar por qué en verano se te irrita más la garganta y qué puedes hacer para proteger tu garganta del aire acondicionado.

proteger la garganta del aire acondicionado

Por qué afecta a la garganta el ambiente seco

El aire frío que expulsan los aparatos de aire acondicionado es seco y ello puede dañar las mucosas de la garganta, que no pueden circular normalmente, lo que puede dar lugar a una inflamación del tejido faríngeo o, como lo conocemos más comúnmente, a una faringitis. Además, la sequedad que produce este tipo de aire en las vías respiratorias puede hacernos más susceptibles a bacterias e infecciones, con los consiguientes problemas de salud derivados de ello.

Recomendaciones para proteger la garganta

Lo ideal, por tanto, es no abusar del aire acondicionado, pero como sabemos que no siempre es posible o está en nuestra mano, aquí van nuestras recomendaciones para prevenir problemas de garganta por el uso del aire acondicionado:

  • Humedece el ambiente: donde pongas el aire acondicionado pon también un humidificador. Lo ideal es mantener el ambiente con un 40%-50% de humedad.
  • Bebe abundantemente: sobre todo agua, pero todas las bebidas son bienvenidas siempre y cuando no estén muy calientes o extremadamente frías (en ambos casos puedes acabar irritando la garganta).
  • Intenta salivar mucho: la forma más fácil y, por qué no decirlo, la más rica de salivar es tomar caramelos. Al salivar ayudamos a la garganta a estar bien hidratada y, por lo tanto, protegida de posibles agresiones de virus o bacterias.
  • Evita, en la medida de lo posible, cambios bruscos de temperatura: si fuera hace mucho calor, pon el aire acondicionado a una temperatura que refresque pero que no sea extremadamente baja. Los expertos suelen poner el límite en los 24ºC (22ºC si se trata de oficinas en las que se debe ir con traje y corbata).