Después del verano, y antes de que empiecen a bajar las temperaturas, es el momento ideal para aumentar las defensas y prevenir los tan comunes -en esta época- episodios de apatía, estrés y resfriados.
Por qué el otoño afecta a la salud
En la transición entre el verano y el otoño es muy común que se produzca un bajón en la respuesta de nuestro sistema inmunológico por diversas causas:
- El cambio de hora y la disminución de horas de luz natural hace que el cerebro produzca más melatonina, que es la hormona encargada de regular el sueño. Esto provoca una mayor sensación de cansancio e, incluso, algo de apatía y tristeza.
- Con la bajada de las temperaturas, nuestro organismo se ve obligado a realizar un mayor gasto energético y esto, a su vez, hace que bajen las defensas, haciéndonos más vulnerables, por ejemplo, a los resfriados.
- Retomar la actividad normal después de las vacaciones también puede provocar episodios de estrés, que se ven agravados porque en otoño el cuerpo produce menos dopamina, que es la hormona que influye en la capacidad de concentración.
Consejos para reforzar las defensas
Preparar las defensas para el otoño es mucho más sencillo de lo que crees. Simplemente hay que adquirir una serie buenos hábitos diarios. Toma nota:
- Cuida tu alimentación. Es la base de un sistema inmunitario que funciona correctamente. Consumir verduras y frutas frescas ayuda a contrarrestar la bajada natural de defensas que se produce en esta época del año.
- Consume própolis. Junto a llevar una alimentación equilibrada y rica en verduras, puedes optar por consumir productos naturales que ayuden a aumentar las defensas, como es el caso del própolis. Esta sustancia producida por las abejas cuenta con importantes propiedades antivíricas y antibacterianas, que además de reforzar el sistema inmune ayuda a que los resfriados, en caso de cogerlos, duren menos.
- Duerme bien. ¿Sabías que es durante el sueño cuando se recarga el sistema inmunitario de forma natural? Por eso, si durante el día te notas decaído es que no estás descansando bien por la noche. Dormir ocho horas al día es lo mínimo para que el sueño sea reparador.
- Haz deporte. Practica ejercicio diario, de forma controlada, y tus defensas lo notarán: los entrenamientos de resistencia son muy buenos para reforzar las defensas, pero incluso con solo caminar de 30 a 60 minutos al día ya se consigue estimular la circulación y mejorar la respuesta del sistema inmunitario.